DOI: https://doi.org/10.33881/IBR0065
La formación docente es un pilar central en la educación superior, no en el desarrollo de competencias investigativas tanto en los estudiantes como en los propios profesores, sino que desempeña un papel transformador en la calidad de la experiencia del aprendizaje de los estudiantes, en el desarrollo personal y profesional de los docentes. En Colombia, el marco educativo y el sistema de formación de docentes han evolucionado con el objetivo de promover la profesionalización, la innovación pedagógica y la generación de conocimiento contextualizado a las necesidades del país .
En este sentido, el sistema educativo formal adquiere la responsabilidad social de desarrollar currículos novedosos que respondan a la demanda de conocimiento que permite satisfacer las necesidades de la población y que, al mismo tiempo, ayude a la trasformación de la sociedad en beneficio de sus miembros. Por lo tanto, las universidades deben establecer hojas de ruta para el desarrollo del pensamiento crítico, abierto y contextualizado, en donde, docentes y estudiantes confluyan en un dialogo reflexivo basado en elementos que sean producto de procesos de investigación rigurosos que propendan por la transformación social el bienestar ciudadano.
AUTORES
Leonardo Luna